De géneros literarios
Para
alguien recién llegado al terreno de la literatura electrónica, como es mi
caso, es difícil aproximarse a los textos literarios sin relacionarlos o tratar
de identificarlos con géneros preexistentes, conocidos y familiares. Es decir,
con los géneros literarios que hemos heredado (y construido) de la cultura
impresa. En algunos casos, esto puede tener cierta fortuna, por ejemplo, al
constatar la actualidad de ciertos grupos de literatura experimental como
OULIPO o los Situacionistas en géneros de literatura electrónica como la poesía
generativa y las locative narratives
mencionadas por Hayles, respectivamente. Pero, en términos generales y si se
quiere comprender la complejidad de este modo literario, me parece que es
necesario aproximarse a la literatura electrónica de adentro hacia fuera y no
en sentido contrario. Se me ocurren, sin afán de ser exhaustivo y sin ningún
orden en concreto, algunas razones por las que este es el caso.
Para empezar, y como señala Morris
en “New Media Poetics”, porque detrás de la literatura electrónica hay una
nueva idea de escritura (y de lectura también) que incluye no sólo lo que
aparece en pantalla sino también el código escrito detrás que permite lo
primero. Esto, en sí mismo, altera y nos distancia ya mucho de una concepción
tradicional de escritura y géneros de escritura tradicionales. Ligado a esto en
cierta medida, es imposible no tomar en cuenta los nuevos medios a través de
los cuales se escribe y se lee la literatura electrónica. Así como la novela es
un género cuya evolución está muy ligada con la imprenta, la tecnología de la
actualidad permite, exige o motiva el desarrollo de ciertas formas literarias
que no necesariamente se corresponden (ni tienen que) con las formas y los
géneros literarios de la cultura de la imprenta, de la misma manera que los
géneros literarios de la cultura impresa no necesariamente tienen un paralelo
con los de la cultura oral que los precedió.
Por otra parte, me parece también
que la literatura electrónica, en la medida en la que trabaja a partir del
lenguaje pero también del audio y del contenido gráfico (entre otras cosas), se
sitúa en una especie de intersección que requiere una forma propia de pensarse.
En efecto, la relación de la literatura electrónica con la literatura impresa,
con la instalación artística, el arte audiovisual e incluso con formas de la
cultura popular como los videojuegos es cuando menos borrosa para alguien que
recién se aproxima a ella pues parece estar en un diálogo e intercambio
continuo con estas otras formas estéticas y culturales (me lo imagino como una
especie de diagrama de Venn en el que algunos géneros de la literatura
electrónica se traslapan con la instalación artística mientras que otros lo
hacen con la literatura impresa y otros con el game art, etc.). Pero ¿cómo dar
cuenta de este intercambio? ¿dónde se marcan los bordes entre lo que pertenece
a la literatura electrónica y lo que no? ¿pueden existir estos bordes en un
medio como el electrónico?
Existen ya, por supuesto,
intervenciones críticas que dibujan un panorama de los géneros literarios de la
literatura electrónica, como los textos de Hayles y Morris referidos abajo en
los que se describen muchos tipos de proyectos, así como los programas y
soportes que utilizan. Sin embargo, quizá sea al profundizar sobre algunos de
estos géneros en particular donde las cuestiones y preguntas mencionadas
arriba, junto con muchas otras, se empiecen a discutir más a fondo.
Hayles,
N. Katherine. “Electronic Literature: What is it?” ELO, v1.0 (2007).
Morris,
Adalaie. “New Media Poetics: As we may think/ How to write.” New Media Poetics. Contexts, Technotexts and
Theories. Eds. A. Morris and T. Swiss. Cambridge: MIT Press, 2006: 1-46.
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