Cuerpos virtuales
Esta semana en la clase de Literatura eléctronica, hemos leído el capítulo 6 titulado “Latin American Digital Poetry: Animated Embodiment” por Eduardo Ledesma en el libro Radical Poetry.Ledesma enfoca su análisis en la poesía cinética de Ana María Uribe y el “grafiti” digital de María Mencía donde argumenta que las obras de ambas poetas están empapadas de una vitalidad a través de su lenguaje visual y animado (175). Por lo tanto, dicho lenguaje animado incita la participación de los sentidos del lector/espectador, así sugiriendo el potencial mayor de las palabras y letras de apelar al afecto del lector/espectador en comparación a poesía en un libro impreso. Este sentido de materialización en la poesía electrónica tiene conexiones con la poesía concreta (y tal vez sirvió como inspiración para la poesía digital), como lo expone Claus Clüver en su artículo “Concrete Poetry and the New Performance Arts: Intersemiotic, Intermedial, Intercultural.” Clüver describe como la poesía concreta en general ha sido definida como poesía visual, pero en realidad un poema concreto funciona en múltiples niveles además del visual: el semántico, el sonoro, el espacial y más. Así, este tipo de poema al igual que el digital demuestra su materialidad mediante su apelación a los sentidos de manera simultánea.
Podemos observar en la obra de Belén Gache Góngora WordToyscomo un poeta puede explotar la materialidad de la palabra para cumplir propósitos poéticos. En la sección de “El llanto del peregrino,” por ejemplo, vemos a la figura de una persona que patea, el peregrino, entre las líneas estáticas. El lector/espectador debe usar las teclas con flechas para poder leer el texto completo. Al hacer esto, la figura animada en negro se mueve al comando de las teclas, nunca perdiéndose de vista. Para comenzar, se requiere el sentido del tacto del lector para poder completar la lectura debido a que debe usar el teclado. Además, la figura del peregrino puede ser representativa del sentido visual dado que siempre acompaña al poema al leerlo, de esta manera imitando el movimiento del ojo. Al nivel semántico, Gache nos cuenta que el peregrino representa a Góngora y su destino solitario, y “se convierte en una imagen del hombre barroco, víctima del desengaño, el desplazamiento, y la falta de orientación.” Por otro lado, se podría decir que el cuerpo virtual del peregrino se asemeja a los otros cuerpos virtuales que lo acompañan: las palabras. La presencia de un cuerpo humano en el texto, además, enfatiza aún más el sentido de vitalidad del poema y el acto de leer, ya que el lector puede ver una representación de su propio carácter físico en la obra. De esta manera, se puede notar el enfoque en la materialidad y las conexiones entre cuerpos diversos como expone el teórico Michael Taussig: “the palpable sensuous connection between the very body of the perceiver and the perceived” (Ledesma 179). Así, la poesía digital explota sus recursos en maneras que tal vez un poema impreso no podría lograr.
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