Atrápala si puedes
*Post aparecido antes en La condición
Es difícil capturar el momento de lectura, ¿cuándo ocurre? Ahora, ahora mientras lees. Leer siempre es una performance y siempre ocurre en este mismo momento, aunque las ruinas del evento permanezcan como letras en la página tiempo después.
Con la literatura electrónica, no obstante, la ruina se desvanece. O más bien, muta, se transcodifica, cambia de cuerpo y se convierte en otra cosa. La ruina como código inactivo, distinto de la superficie en la que leo. La lectura se revela pura como la performance que siempre es y del evento tan sólo pueden quedarnos récords: una fotografía como souvenir del momento. Como ésta:
Aquel texto y aquel momento ya no existen; al cerrar el libro, el software--que gracias a mi webcam traduce y descodifica desde esa página web remota los códigos QR inscritos en la página de papel de mi libro--se duerme, se desactiva. No tiene nada que leer, ningun signo que le indique acción, nada que active la performance: la lectura como el acto de lectura que siempre es.
Sin acción no se materializa la palabra.
Una lectura sin huella.
De aquello que leí el miércoles sólo queda esta fotografía. Y en ella me incluyo a mí misma, como parte de aquella performance. La lectora, yo, sujetando el libro. El acto. Leyendo así, de soslayo, de reojo--desde la esquina del ojo, como dicen en inglés--palabras que no están ya en el libro, sino atrapadas momentáneamente en la pantalla que traduce para mí. Y, como me recordó Félix, me atrapa así a mí también.
A
Es difícil capturar el momento de lectura, ¿cuándo ocurre? Ahora, ahora mientras lees. Leer siempre es una performance y siempre ocurre en este mismo momento, aunque las ruinas del evento permanezcan como letras en la página tiempo después.
Con la literatura electrónica, no obstante, la ruina se desvanece. O más bien, muta, se transcodifica, cambia de cuerpo y se convierte en otra cosa. La ruina como código inactivo, distinto de la superficie en la que leo. La lectura se revela pura como la performance que siempre es y del evento tan sólo pueden quedarnos récords: una fotografía como souvenir del momento. Como ésta:
Leyendo Between Page and Screen de Amaranth Borsuk y Brad Bouse |
Aquel texto y aquel momento ya no existen; al cerrar el libro, el software--que gracias a mi webcam traduce y descodifica desde esa página web remota los códigos QR inscritos en la página de papel de mi libro--se duerme, se desactiva. No tiene nada que leer, ningun signo que le indique acción, nada que active la performance: la lectura como el acto de lectura que siempre es.
Sin acción no se materializa la palabra.
Una lectura sin huella.
De aquello que leí el miércoles sólo queda esta fotografía. Y en ella me incluyo a mí misma, como parte de aquella performance. La lectora, yo, sujetando el libro. El acto. Leyendo así, de soslayo, de reojo--desde la esquina del ojo, como dicen en inglés--palabras que no están ya en el libro, sino atrapadas momentáneamente en la pantalla que traduce para mí. Y, como me recordó Félix, me atrapa así a mí también.
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