Rayuela e Hipertexto
En un principio, tenía cierta resistencia
a leer Rayuela desde las coordenadas
de un hypertext impreso, que es una
de las formas como ha sido “releída” en retrospectiva. Creo que esto se debe a
que Rayuela me parece más una novela
de ruptura que de anticipación, más un intento de liquidar al género
novelístico y revivir al lector del mismo que de sugerir un nuevo camino para
la escritura como tal (hipertextual, en este caso). Así leo yo tanto el
experimentalismo a nivel de lenguaje como los múltiples intentos de
desestabilizar al lector, de recordarle que la actividad que está llevando a
cabo (leer) no tiene que ser tan automática como (según él) se ha vuelto: la
estructura de los capítulos, el juego con la materialidad del libro, el
capítulo con líneas salteadas, otro en donde las faltas de ortografía hacen del
lector un intérprete y todos los demás recursos experimentales que emplea a lo
largo de la novela. Como dice un personaje, “quiere salvar algo que se está
muriendo, pero para salvarlo hay que matarlo antes” y yo ubico a Rayuela justo en esta función: matar a
la novela.
Sin embargo, es cierto
que la novela de Cortázar, en retrospectiva, guarda muchas similitudes con lo
que hoy denominamos hypertext e
incluso se antoja que pudo haber sido un antecedente central de los hyperfictions, conectando así la
literatura experimental impresa con el incipiente experimentalismo electrónico
de unos años atrás. Para empezar, la decisión inicial del lector de tomar un
sendero u otro (por hacer eco de Borges) remite ya al recurso del hypertext de exigir un agenciamiento de
parte del lector, una decisión. Además,
la estructura por bloques de texto cuyo género discursivo varía –narración,
epígrafes, notas, recortes de periódico– y cuya relación con el anterior y el
posterior no es siempre clara recuerda a las propuestas de Landow y Moulthrop
del hypertext como una textualidad
rizomática. En ese sentido, la textualidad se vuelve más importante que la
“obra” pues nos enfrentamos a un conjunto de redes, senderos y relaciones que
tienen diversos puntos de contacto y de rechazo entre sí, entradas y salidas de
significado. Por poner un ejemplo, la cita de Lezama Lima en el capítulo 81
“Procuremos inventar pasiones nuevas, o reproducir las viejas con pareja
intensidad” ¿se refiere a la Maga y Horacio, tal como sugiere el hecho de que
el capítulo anterior (5) hable de la pasión erótica inicial entre ellos, o a la
novela como género, tal como sugiere el hecho de que en el capítulo que sigue
(74) se discute a Morelli y sus búsquedas estéticas? ¿Ambas? Creo que sí e
incluso más (reinventar lenguaje, reinventar la política, la intelectualidad etc.
etc.). Así, no sólo es la estructura por bloques o los dos caminos que seguir
lo que conectan la novela con los hypertext sino también las relaciones múltiples
que se establecen entre estos, donde citas, comentarios, discusiones responden
a distintos puntos del texto a la vez. Como dice Moulthrop, Mil Mesetas de Deleuze y Guattari y el hypertext comparten el hecho de plantear
“cross-referential discourses” y creo
que Rayuela cabe también dentro de
una textualidad así. De esta forma, quizá la propuesta de Espen Aarseth de
“cibertexto” como una noción que conecta ciertos textos impresos con textos
electrónicos a partir de la noción de retroalimentación y participación activa
del lector sea, de nueva cuenta, una herramienta clave para comprender y
discutir a fondo las relaciones posibles entre Rayuela y los hypertexts.
Referencias:
Cortázar, Julio. Rayuela. Ed. de Julio Ortega y Saúl Yurkievich. Madrid: Archivos,
1991.
Moulthrop, Stuart. “Rhizome and
Resistence: Hypertext and the Dreams of a New Culture.” en Hyper/Text/Theory, ed. by George Landlow. Baltimore: Johns Hopkins
UP, 1994: 299-319.
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